Las fiestas de fin de año nos están volviendo (más) locas. Malita está robándole al 2008 los últimos segundos para acabar su chamba antes del 31 y poder volar conmigo (Morocha) al Cusco, a recibir el 2009 con harto frío. Melena ha traído a 7 alumnos gringos desde los yunaites para mostrarles la riqueza cultural que ellos no tienen, con su paseo a nuestra Maravilla del Mundo más. Y yo estoy tratando de ordenar mi vida laboral y personal, que acabó de cabeza en el 2008. Este cóctel de razones y emociones nos desconectó una semana de la cholósfera, pero al volver nos enteramos de que el blog Desde el Tercer Piso nos había nominado como candidatas a Mejor Blog Peruano del Año, en la Categoría Personal. Aunque suene huachafo, las Amigas de M estamos emocionadas (casi como en el Oscar) y por eso decidimos soltar un: «Es un honor haber sido nominadas…».
Archive for diciembre 2008
ES UN HONOR HABER SIDO NOMINADAS
Posted in Las manías de Morocha, Los deslices de Malita, tagged Año Nuevo, Amigas de M..., fiestas, nominadas, Oscar on diciembre 30, 2008| 10 Comments »
BIP, BIP, BIP, BIP…
Posted in Las manías de Morocha, tagged composer, html, internet, twitter, web 2.0, youtube on diciembre 13, 2008| 11 Comments »
Nunca he tenido una buena relación con las computadoras. Es más, mientras pude las evité. Las evité con tanto ímpetu, que debo reconocer que llegué a la universidad y no sabía cómo guardar un documento de word en un diskette. Y ya era 1998. Y así cómo huí de las computadoras, evadí involucrarme en ese intrincado mundo que escuchaba se llama web 2.0 ¿Qué es eso? ¿No todo es Internet y ya? Pues no. Y lo peor es que desde que abrí este blog, me he vuelto adicta: Facebook, Twitter, Myspace, Youtube… Tanto así, que estoy a punto de volver locas a Melena y a Malita.
INMÓVIL COMO UNA ESTATUA
Posted in Los enredos de Melena, tagged estatua, fobia, monumento, pizarro on diciembre 8, 2008| 12 Comments »
Pasar por el óvalo Gutierrez cuando tenia esa ala gigante en el centro y tener que mirar a otro lado; caminar por el centro de Lima y mirar al piso para no ver ni con el rabillo del ojo el caballo de Pizarro (que resultó Cortez); entrar a las Iglesias despacito y mirar de a poquitos antes de dar cualquier paso, para no tener que darme de frente con una estatua o incluso un cuadro muy grande; pasar rapidito las páginas de los albumes de fotos donde la gente posaba frente a monumentos, en sus viajes… todo eso era normal para mí y había sido incorporado en mi vida diaria sin darle mayores vueltas o preocupaciones. Pero un día en el Jockey Plaza en salidita con un chico, una estúpida estatua de una vaca de tamaño natural, me hizo saltar, voltear la cabeza, bajar la mirada y que me escarapele ante mi sorprendido acompañante. Fue ahí, precisamente ahí, cuando entendí que mi miedo a las estatuas podia no ser comprensible para todos.
PUENTECITO ESCONDIDO
Posted in Los deslices de Malita, tagged miedo, Puente peatonal on diciembre 5, 2008| 7 Comments »
No sé cómo empezó esta fobia tan idiota, tan específica. Los puentes peatonales nunca fueron parte de mi paisaje sino hasta que salí del barrio, donde lo más parecido al vértigo era la azotea del quinto piso de un block de departamentos y el altísimo tanque de agua que coronaba toda la unidad vecinal con su color gris. Mi primer puente no era peatonal: estaba lleno de autos y pistas. Estaba con mi hermana G y tenía 5 años. Yo me empinaba sobre la baranda de cemento, descifrando adónde iban todos esos carros allá abajo. No temía porque era igual de enana que el muro que me protegía en la avenida Tingo María. Pero crecí: ahora soy grande y tengo miedo.
LA MAR ESTABA SERENAAAA…
Posted in Las manías de Morocha, tagged fobias, Lima, mar, Pisco, terremoto, tsunamis on diciembre 5, 2008| 3 Comments »
A los 9 años estaba absolutamente segura que un maremoto iba a derrumbar mi casa. Acababa de mudarme al populoso distrito de Chorrillos, a apenas unos metros del Océano Pacífico. Claro, no estamos hablando de aguas color esmeralda y turquesa. Ni siquiera de un modesto azul grisáceo. Estoy hablando de La Chira, la playa más contaminada de la ciudad, el refugio de las aguas servidas de mi querida Lima. Y era ese mar marrón el protagonista de mis pesadillas.